
19 Feb Las nuevas tecnologías, claves para el futuro del sector asegurador
En este nuevo futuro, resulta imprescindible apostar por las nuevas tecnologías y la digitalización para maximizar la eficiencia, reducir costes y ajustarse a las demandas de nuevos consumidores.
En el marco de esta transformación tecnológica, una de las claves principales es el ‘big data’, la recopilación y procesamiento de un gran volumen de datos mediante software de Inteligencia Artificial (AI).
A través del análisis de estos datos se puede conseguir más exactitud en la evaluación de riesgos o de daños y así mejorar la eficiencia en la creación de una póliza o la gestión de un reclamo.
A largo plazo, será posible conseguir su automatización y reducir así el tiempo que se dedica a estos procesos administrativos. Esta automatización será más efectiva a medida que se incorpore una mayor cantidad de datos al sistema, de forma que el algoritmo aprenda y trabaje con la máxima precisión.
Asimismo, el análisis de estos macro datos permite anticipar tendencias y patrones de comportamiento de los usuarios a partir de información recogida por relojes inteligentes, electrodomésticos o sistemas telemáticos de los vehículos; ejemplos de dispositivos inteligentes cada vez más presentes entre la población.
El uso de estos datos supone un beneficio para el consumidor, que podrá acceder a pólizas individualizadas que se ajusten a sus hábitos y necesidades con un precio justo. Por otro lado, para la empresa aseguradora es una oportunidad para minimizar riesgos y prevenir pérdidas desde el primer momento, a la vez que mantiene su competitividad en el mercado.
Con el aumento del uso de datos, otra de las prioridades en el futuro de la industria será garantizar la ciberseguridad a través del ‘blockchain’. Se trata de una tecnología que garantiza rapidez, trazabilidad y seguridad en la transacción de datos, ya que registra todas las operaciones y no permite que se modifiquen.
La tecnología ‘blockchain’ permite crear contratos inteligentes, que verifican de forma automática las reclamaciones y actualizan las condiciones del contrato. Otra de sus más destacadas utilidades es la prevención y detección del fraude, un problema que cada año conlleva grandes pérdidas para las aseguradoras.